25 sept 2022

Transferencia y Contratransferencia en Musicoterapia

“Cuando hablamos de transferencia nos referimos a la proyección en el analista de actitudes y deseos infantiles durante el proceso de exploración de contenidos internos de la psique, que reflejan una lucha con las primeras relaciones con las figuras parentales. La concepción de la transferencia en Musicoterapia adquiere características propias. Tal como la concibe el Abordaje Plurimodal, la transferencia en Musicoterapia es pluriobjetal. O sea que la proyección no es solo hacia la figura del analista, sino también hacia la música”.
Como señala la Musicoterapeuta danesa Benedikte Scheiby, “la reacción transferencial se desarrolla tan pronto como el terapeuta tenga la primera interacción con el paciente. En otras formas de psicoterapia, una transferencia fuerte puede llevar muchas sesiones. El hecho de que un primer encuentro existencial con otro ser humano puede ser hecho a través de esquemas sonoros, donde nada es correcto o errado, donde se intercambian emociones a distintos niveles en forma simultánea, parece facilitar la parte del proceso de cura que tiene que ser hecha trabajando a través de la transferencia: la relación niño-adulto. Esto facilita el movimiento hacia un segundo estadío del trabajo de relación en Musicoterapia, donde se enfatiza y se expresa una relación adulta a través de las interacciones musicales”
Si se la toma en cuenta, siempre hay transferencia en el proceso musicoterapéutico. K. Bruscia señala que “La principal cuestión para el terapeuta no es preguntarse si establecerla o prevenirla, sino como comprenderla o manejarla”

Hablamos de tres niveles, que se distinguen entre si por como la transferencia es interpretada y explorada vivencialmente.
1. Conteniendo la transferencia
2. Ayudar al cliente a reconocer la transferencia
3. Reexperimentar y trabajar a través de la transferencia

En el caso de trabajar en un taller preventivo, la transferencia es explorada e interpretada desde un primer nivel, ya que los otros dos se refieren mas específicamente a un trabajo clínico profundo con mayor intervención sobre el pasado inconsciente de un paciente.

Conteniendo la transferencia
El nivel de menor intervención en el abordaje de la transferencia es delimitar su exploración y desarrollo. Es la mas apropiada para las psicoterapias de apoyo, terapias breves, experiencias de taller y terapias con individuos con problemas psiquiátricos, retardo mental o poco desarrollo yoico. En estos casos, descubrir y trabajar con el origen emocional de los problemas de los pacientes no es objetivo prioritario, y esos objetivos no pueden ser alcanzados dadas las condiciones del cliente, el límite de tiempo de la terapia, y la naturaleza de la relación paciente-terapeuta que se desarrolla comúnmente dentro de estos límites.

Para contener la transferencia se sugieren cuatro pasos:
El primero es alentar la formación de una alianza de trabajo. “La alianza de trabajo es una relación racional, relativamente no neurótica, que el cliente establece con el terapeuta en orden de alcanzar las metas de la terapia… Es una relación de pares, de adulto a adulto, en la cual el cliente asume la responsabilidad de trabajar con sus problemas y de obtener todos los beneficios posibles de la terapia”. (Bruscia, 1987, p. 151).
El segundo paso para contener las transferencias es que el terapeuta debe hacer todo lo posible para crear transferencias positivas más que negativas o de crear positivas que sean más fuertes que las negativas. Para lograr esto se requiere una escucha y una observación cuidadosa por parte del terapeuta.
El tercer paso es abstenerse de mostrársela al cliente como una replica del pasado, usando en lugar de eso, “interpretaciones del aquí y ahora”. En este tipo de interpretaciones, el terapeuta usa lo que esta pasando en la interacción actual o en la situación terapéutica para ayudar al cliente a reconocer que ese esquema de respuesta particular no es tan inevitable como parece y que hay maneras alternativas de respuesta. Nótese que estas interpretaciones del aquí y ahora no siempre tienen que ser verbales. Un terapeuta puede dar este tipo de interpretaciones que den feedback al cliente de forma no verbal o musical, considerando su esquema de respuesta habitual, y además presentándole alternativas posibles.
El cuarto paso en contener la transferencia es hacer exactamente eso: contenerla con algún tipo de objeto. En Musicoterapia el objeto continente es la música en sí misma. En el acto de crear música, el terapeuta y el cliente, tienen la oportunidad de volcar la transferencia en un objeto. La improvisación o composición resultante, entonces, sirve como una concretización o como un recipiente para el esquema arraigado de respuesta del cliente, a la vez que le brinda un punto de comparación para la próxima creación musical, en la cual el terapeuta y el cliente pueden encontrar una nueva manera de responder el uno al otro. Cuando escuchan música juntos, el cliente y el terapeuta pueden explorar tanto nuevas como viejas maneras de responder al mismo objeto.

Con respecto a la contratransferencia señala una vez más K. Bruscia
“La contratransferencia es mas que una simple reacción hacia el paciente a un nivel inconsciente, como fue formulado originalmente. Es la total contribución que el terapeuta hace como persona a la relación paciente-terapeuta. Desde este punto de vista, esta implícito que el terapeuta es considerado no como un reactor pasivo o una pantalla distante sino como un participante activo en la relación terapeuta-paciente.”
Por su parte, Benedickte Sheiby habla de contratransferencia musical, definiéndola como “esquemas sonoros que reflejan tanto las reacciones inconscientes y preconcientes del Musicoterapeuta hacia el paciente, como la transferencia del paciente”
De acuerdo a la manera de advertir actuaciones contratransferenciales, K. Bruscia distingue tres tipos de contratransferencia a tener en cuenta

• Contratransferencia clásica
• Contratransferencia complementaria
• Contratransferencia emocional
(Bruscia, The Dynamics of Music Psichotherapy, pag 216-218)

La contratransferencia clásica consiste en esquemas sonoros que reflejan la propia transferencial inconsciente del Musicoterapeuta volcada en la relación con el paciente, y como tal puede ser perjudicial para el proceso musicoterapéutico.
La contratransferencia complementaria consiste en esquemas sonoros que reflejan la repetición consciente e inconsciente de experiencias previas del Musicoterapeuta, donde el paciente representa objetos internos del terapeuta, y el yo del terapeuta se identifica con objetos internos del paciente. Esto ocurre cuando el paciente trata al terapeuta como un objeto interno, y el terapeuta se siente tratado como tal, es decir que se identifica con ese objeto. El ser consciente de este fenómeno le permite al Musicoterapeuta, a través del manejo de esos esquemas sonoros, servir de guía al paciente para que pueda descubrir su música oculta o escondida.
La contratransferencia emocional consiste en esquemas sonoros que reflejan la resonancia simpática del Musicoterapeuta con los sentimientos del paciente, a través de su conocimiento emocional y/o corporal. Priestley la describe como la empatía emocional o somática del Musicoterapeuta que representa emociones reprimidas del paciente, particularmente aquellas que no han accedido al conocimiento conciente del paciente, o están en camino de devenir concientes. (Bruscia, p. 218)
Estos esquemas sonoros deben ser elaborados en concordancia con los McnoV del paciente, de manera de evitar un “acting” por parte del Musicoterapeuta. La idea es que esa devolución “le diga” algo al paciente acerca de esa resonancia del Musicoterapeuta, en términos no verbales.

1 comentario:

Morena dijo...

muy interesante el tema de la transferencia y contratransferencia